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Hitos del Control Biológico de Plagas

DATOS OFICIALES

S. XVII Primeros observaciones de C. B. en artrópodos reportadas en Europa
S. XVIII-XIX Principio de la investigaciones sobre C.B. de artrópodos en Europa
1860 Phylloxera de USA es introducida en Europa, nace la entomología agrícola.
1863 Francia hace las primeras importaciones deliberadas de biocontroladores.
1888-89 A. Koebel resuelve Icerya purchasi en USA con biorreguladores australianos.
1896 G. Lavergne forma la Estación de Patología Vegetal en la Quinta Normal de Stgo. Se inicia el estudio sistemático de los agentes de importancia fitosanitaria en Chile.
1897(18-V) R. Barros Luco logra la promulgación de la primera medida cuarentenaria (Vid).
1903 El autodidacta T. Schneider intenta introducir 2 especies de coccinélidos.
1915-16 Carlos Camacho (S. S. V.) introduce, 2 parasitoides de Scolytus rugulosus.
1937 1937 Fundación del “Insectario de La Cruz”

PERO ANTES, (Ensayo)

Un millón de años antes del presente, el Homo erectus x,x un depredador africano, primate, polifago y oportunista, inició la manifiestación de caractéres culturales como la técnica del fuego, uso de herramientas manuales y domesticación de cánidos; condición que le otorgó creciente resistencia contra sus enemigos naturales vertebrados e inédita expansión poblacional.

Es así como hace 100.000 años, ya colonizaba Europa, Asia, Oceanía y Australia. Hace 40.000 años (Pleistoceno) la raza mongolide invadió América por el estrecho de Bering; y al menos 26.000 años atrás, este proceso ya dejaba signos en el actual territorio chileno.

Posteriormente, en 1.492, la raza europea, por vía oceánica, inicia su propia invasión de América; con presencia en “Chile” desde 1.520 (Magallanes), 1.536 (Almagro) y 1540 (Valdivia). La oleada europea introducen deliberada o accidentalmente numerosa fauna doméstica y especies vegetales portadoras de parásitos fitófagos y biocontroladores, algunos de los cuales logran adaptarse, especialmente los de baja movilidad y los generalistas.

Hasta el presente, persiste el tráfico de especies exóticas hacia América y el mundo; los efectos sobre ecosistemas nativos, tanto por acción directa del depredador H. erectus como indirecta derivada del impacto de sus “especies acompañantes”, no han sido suficientemente evaluados. Por el momento, crece el potencial de presión sobre los recursos naturales sin que predominen estrategias globales de autoregulación.

R. Trincado VIII - 05

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